¿Aliados o enemigos de su empresa? Conozca todo sobre los programas de incentivos
Aunque parezca que los bonos motivan a los empleados e impulsan a las empresas, también es cierto que pueden acabar con ellas.
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6 MinutosCrear un programa de incentivos es una de esas ideas que ronda constantemente por la cabeza de los gerentes en empresas de todos los tamaños, quienes identifican en los bonos una estrategia simple y efectiva para motivar a sus empleados, mejorar su rendimiento y fortalecer el compromiso que tienen con su empresa. Las formas de hacerlo varían en los detalles, pero en general, se trata de incentivos monetarios por logros individuales o de recompensas colectivas entregadas por el cumplimiento de los objetivos generales de la empresa.
Si bien es cierto que no todas las pymes están en la posición de tener un programa de este tipo desde el comienzo de su operación, muchas de ellas sí tienen la intención de hacerlo y algunas incluso pueden estar en el proceso de diseñarlo y ponerlo en marcha. ¿Pero deberían llevarlo a cabo? ¿Son los bonos la mejor forma de que los empleados den la milla extra todos los días? Veamos cuáles son los argumentos a favor y en contra de este tipo de incentivos y exploremos si las empresas se benefician o terminan sufriendo por ellos.
IDEAS A FAVOR DE LOS BONOS
Sirven para motivar a los empleados. Piense en un representante de ventas que gana un porcentaje sobre cada unidad que vende o sobre el volumen total de ventas en un mes. Piense en un desarrollador web que gana dinero extra por realizar un trabajo cuando los plazos de entrega son demasiado cortos. O piense en un obrero que recibe un incentivo al final de una día en el que solucionó un problema o fue especialmente útil. En todos los casos, como ya mencionamos, se trata de incentivos que refuerzan el ideal de rendimiento que se espera de cada persona y que tienen la intención de motivarlos a seguir haciendo su mejor esfuerzo.
Son una estrategia de retención y atracción de talento. Las personas en general quieren trabajar en las empresas que ofrezcan las mejores condiciones, y para muchas de ellas, eso significa la posibilidad de acceder a bonos por sus aportes concretos al crecimiento de la compañía. Un buen paquete de bonos, que además de los logros individuales incluya una remuneración adicional por alcanzar los objetivos generales de la empresa, tiene el potencial de ser un escenario atractivo para retener y atraer talento a su compañía.
IDEAS EN CONTRA DE LOS BONOS
El dinero puede no ser el mejor motivador. El hecho de que los bonos puedan mover a algunas personas no significa que lo mismo sea cierto para el resto de la humanidad. En algunos casos, la posibilidad de tener un impacto real en lo que su empresa hace, recibir capacitaciones del mejor nivel en otro país o encontrar espacios para darle reconocimiento al trabajo que el empleado hace, pueden ser estrategias más emocionantes y eficientes para motivar a las personas que trabajan en su empresa.
Pueden tener el efecto opuesto para el cual fueron creados. ¿Qué hay de los empleados que no alcanzaron el corte para recibir un bono? Con certeza su motivación va a decaer, y de repente, lo que estaba diseñado para ser una solución motivacional termina convertida en todo lo contrario. Los resentimientos y la envidia por aquellos que sí recibieron el bono pueden corromper la forma en la que trabajan sus equipos, y en ese escenario, la posibilidad del bono se convierte en la única justificación para realizar esfuerzos. Esa idea, por supuesto, es altamente nociva para las perspectivas de crecimiento de cualquier empresa.
Son una puerta de entrada a las malas decisiones. Un incentivo monetario demasiado grande puede llevar a los empleados a elegir atajos y tomar decisiones poco éticas en nombre del bono que están persiguiendo. Eso puede representar problemas de reputación e incluso problemas legales que su empresa no necesita, y además, contribuye a que un empleado no sepa cuándo buscar nuevas oportunidades y abandonar aquellas que están estancadas. Eso significa que su empresa no es ágil y reacciona lento. Y esa es una ventaja que ninguna compañía está en posición de dar hoy en día.
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¿QUÉ DEBERÍA HACER ENTONCES?
En principio, dos cosas: primero evalúe qué es importante para las personas que trabajan con usted y luego piense cómo motivarlas creando incentivos que sean consecuentes con la cultura de su empresa y que estén alineados con los valores que su empresa comparte con cada una de esas personas. Por ejemplo, puede que en su empresa haya personas que valoren más la posibilidad de tener tiempo libre, que la posibilidad de recibir dinero extra. En ese caso, podría pensar en incentivos que persigan ese ideal y que le permitan a sus empleados tener más tiempo para hacer aquello que los hace felices.
En ese sentido, no descarte la opción de ser creativo en el diseño de sus incentivos. Acciones sobre un futuro punto de venta, regalías sobre un producto que ayuden a desarrollar o apoyo para el desarrollo de proyectos personales pueden ser alternativas interesantes, especialmente en el caso de las pymes en proceso de crecimiento que quizá no tienen los recursos para crear programas de incentivos monetarios en forma de bonos.
Por último, si su empresa sí está en una posición en la que puede pagar los bonos, mejor piense en agregar ese valor al salario básico de sus empleados. En general, una compensación justa abre el camino a motivaciones más honestas, que usualmente tienen un mayor potencial para generar un impacto positivo que aporte al crecimiento y desarrollo de su empresa.